¿Lo compraría de contado?

Hace poco escuché a una señora decir: "es que endeudándome era la única forma de tener cosas y de poder darle a mis hijos lo que les dí". La pura verdad tuve que tomarme un buen tiempo “digiriendo” eso. Por una parte, no concibo la idea de que la premisa sea trabajar sólo para pagar deudas, pero por otro lado, a menos de que recibamos una herencia jugosa a los 20 años, hay que echar mano de préstamos o facilidades de pago para obtener algunos bienes y servicios. Así que, si a veces “toca” endeudarse, hay que hacerlo bien. Es simple: en una economía personal y familiar sana, las deudas no deberían generar preocupación, así que aquí les comparto mis “mandamientos” a seguir antes de optar por una deuda:

1.     Debería satisfacer una necesidad, no un capricho. No es lo mismo pedir un préstamo para construir una casa, que pedir un préstamo para construir un palacio. Yo sé que muchos no están de acuerdo con eso, por el simple hecho de que tal vez nos merezcamos el palacio por nuestro arduo trabajo, pero necesito el palacio para mí sola? ¿Necesito tanto espacio y tantos detalles? ¿A largo plazo me es funcional el diseño? Y ese tipo de cuestionamientos también aplican si estamos comprando carro, ropa o contratando algún servicio.

2.     La cuota debe ser pagable. Yo sé que esto es básico para la mayoría, pero es que muchas veces nos “metemos en jaranas” por menospreciar la cuota, y nos llenamos de un montón de cuotas pequeñas que en conjunto son un montón de plata. Una deuda no debería quitarme capacidad de pago de otras deudas adquiridas y menos reducir mi presupuesto para satisfacer necesidades básicas como alimentación, transporte y salud. Dicen los sabiondos banqueros que máximo el 50% de nuestro ingreso debería usarse para pagar deudas.

3.     Identifico, entiendo y puedo pagar los compromisos adicionales que se adquieren con una deuda. Por ejemplo, comprarse un carro, y máxime cuando es por primera vez, genera gastos adicionales que a veces no se consideran: gastos legales, gasolina, seguro, mantenimiento, RTV, marchamo, pago de peajes y parqueos, lavados, alquiler de cochera, contratar un “wachi” a donde vayamos, accesorios, dispositivos de seguridad, etc. Comprarse una casa tiene otra listita de esas: pago de impuestos, pago de servicios públicos, cuota condominal, pagarle al fontanero, al pintor, al arregla goteras, al que corta el zacate, entre otras cosas.

Por experiencia sé que estos tres puntos ayudan a decidirnos si necesitamos y podemos endeudarnos, y si lo que vamos a adquirir es realmente necesario. A veces adquirimos un préstamo para pagar algo que consideramos importante, pero tal vez eso importante no es crítico para vivir o ser feliz. Y todo porque el consumismo nos lleva a adquirir cosas rápido sin pensar, como si siempre fuera urgente comprar un carro nuevo, construirle un piso más a la casa, tener el celular más nuevo o tener los dientes más blancos. Así que, si está a las puertas de adquirir una deuda, hágase esta pregunta: ¿si tuviera el dinero, compraría ese bien o servicio de contado? Si la respuesta es no, tal vez no haya una razón de peso o no sea ya el momento para endeudarse.

Rosa Gomez1 Comment